Cynthia Kenyon, la sabia de la longevidad: «El alcohol puede ser bueno en pequeñas cantidades»
«Hay más de 100 compañías en EEUU que intentan ralentizar el envejecimiento» / «Creer que no daremos la vuelta al envejecimiento es muy pesimista» / «Los cambios que ralentizan el envejecimiento tienen beneficios para las enfermedades asociadas»
Se puede considerar a la investigadora estadounidense Cynthia Kenyon (Chicago, EEUU, 1954) como la pionera de la nueva ciencia de la longevidad. El pistoletazo de salida lo dio hace tres décadas, cuando descubrió que la manipulación de un único gen en el pequeño gusano C. elegans doblaba su esperanza de vida.
Apodado el ‘gen de la muerte’, causó tanto revuelo que inició una carrera a la búsqueda de más genes de este tipo. Eran los 90 y se pensaba, de forma ingenuamente optimista, que habría un gen casi para cada aspecto de la vida. La realidad resultó ser más compleja: después de todo, C. elegans es, con sus 959 células, uno de los organismos más simples que con unos sistemas nervioso y digestivo claramente definidos.
Tras ese hallazgo, Kenyon ha seguido trabajando en la ciencia del envejecimiento, un campo en el que la inversión privada ha crecido espectacularmente en los últimos años con la entrada de actores como Altos Labs, compañía que ha recaudado más de 3.000 millones de dólares para fichar a un ‘dream team’ de científicos contra el envejecimiento; entre ellos, a los españoles Izpisúa Belmonte, Pura Muñoz y Manuel Serrano.